almeida – 29 de agosto de 2014.
Iba montado en mi burra
camino de las acebras
y me dirigía al monte
para ver cómo se hallaba
una viña que tenía
llena de cepas viejas
El fruto estaba maduro
listo para vendimiarlo
y con asnales y cestos
fuimos a recolectarlo
Ese néctar que produjo
era bebida de dioses
y yo te invite a probarlo
en una copa de flores
En ese sorbo que diste
percibiste casi todo
extrajiste sus aromas
y sentiste los olores
que solo las cepas viejas
y la tierra en que se hace
le fueron dando el carácter
y lo fueron convirtiendo
en ese placer de los dioses